El artículo aborda las empresas multinacionales (EMN) como actores del sistema internacional actual, que se caracteriza por la globalización de los intercambios comerciales y sus repercusiones en otros campos. Aunque representan solo una fracción del empleo, al organizarse a escala internacional las EMN se adaptan a la globalización como elemento dinámico de la economía mundial y vehículo para la inversión extranjera directa (IED) perseguida tanto por los países desarrollados como por los países en desarrollo. Al mismo tiempo, son objeto de discusión respecto de distintos puntos: efectos en los mercados locales y en la competencia, relaciones con los Estados de la casa matriz y los Estados anfitriones, y nuevos desarrollos y efectos en el medio ambiente y en las condiciones laborales. También existe una creciente -aunque minoritaria- corriente de transnacionalización e inversiones de las EMN desde los países en desarrollo. Se centra la atención en América Latina -y las empresas «translatinas»- y Chile, con su economía abierta y sus acuerdos comerciales, y se formulan algunas observaciones para aprovechar la actividad multinacional y la globalización en beneficio de estos países y sus pueblos.