Este trabajo se hace cargo del supuesto desprecio por el derecho que tenía Franz Kafka. Siguiendo la lectura que de su obra hace Walter Benjamin, se sostiene que Kafka realiza una práctica de los gestos que funciona como crítica de la teoría de la acción. Esta crítica —esta es la hipótesis— tiene como objeto los cimientos ontológicos del derecho, fundados en los conceptos que configuran la teoría de la acción y que articulan también el lenguaje del derecho (a saber: sujeto, intención, responsabilidad, culpa, acción como conceptos clave y que cobran sentido articulados en la teoría de acción). La teoría de la acción, desde Aristóteles hasta Anscombe, Brandom y Davidson, sirve como fundamento filosófico de la ontología del derecho occidental, instaurando un límite entre lo que existirá jurídicamente o no. Algo que queda fuera de la acción es, precisamente, el gesto: esa clase de movimientos que, a diferencia de las acciones, carecen de propósito, no responden al orden teleológico ni se fundan en la causalidad. Esta forma de los movimientos es característica de la obra de Kafka, a la vez que, de su estilo de escritura, razones por las que se vuelve un autor privilegiado al momento de comprender la crítica ontológica del derecho. De este modo, a partir de Kafka, puede elaborarse una teoría del gesto que permite mostrar los límites y alcances de la teoría de la acción y, por tanto, del derecho como dispositivo ontológico.